miércoles, 30 de marzo de 2011

Evidencia del síndrome de Estocolmo

Son maravillosas las películas, de cualquier género, que te hacen pensar y analizar una y otra vez el tema central y los temas que rodean al primero. Recientemente tuve la oportunidad de ver una de esas películas; me dejaron cautivado tanto el contenido como el escenario en el que se desarrolla el documental y las consecuencias que tienen. El documental se titula "Presunto Culpable" y trata sobre el caso real de un joven que es inculpado de homicidio calificado y es sentenciado a 20 años en prisión pero al revisar la evidencia y documentación se puede encontrar que no existe evidencia alguna que apunte a que él es el asesino.

Más allá de lo que trata el documental hay cosas que me llamaron la atención como por ejemplo que siendo escépticos, el crimen queda sin resolver pues a la persona que tienen presa no se le encuentra culpabilidad alguna. Otra cosa que es curiosa es la forma en cómo la sociedad en su inmensa desinformación es presa de falacias tan evidentes como cuando uno de los policías hace el comentario: "Si tu estás en la cárcel es porque algo malo has de haber hecho". Es impresionante que el policía diga semejante cosa cuando el acusado le está comprobando que no hay pruebas en su contra.

Sin embargo, hay una parte de la película que se repite al menos 2 veces durante el documental y que no he visto comentada aun. Ocurre por primera vez al minuto 3:44 de la película que en mi opinión es prueba inconfundible de que el pensamiento religioso dista muchísimo de inofensivo y por el contrario genera más incongruencia, frustración, confusión y finalmente sufrimiento. Es más, causa un nivel tan grande de sufrimiento que detona mecanismos de protección como el Síndrome de Estocolmo.

Aquí la evidencia, mucha atención a partir del minuto 3:44 del video.
¡Cuidado con los que no quieren ningún spoiler!


Hace algún tiempo publiqué un artículo en donde hablaba sobre los efectos de mantener una fe y que se parecía al síndrome de Estocolmo. Después de haber visto este documental creo que no queda la menor duda de que si hay una correlación entre una fe religiosa y ese tipo de estrés que se genera a causa de mantener creencias que no tienen el más mínimo apego a la realidad.

En el video el "presunto culpable" menciona que él no tenía muchos problemas mas que los que tienen las personas comunes y que lo que le pasó no tiene el menor sentido. Hasta que se le ocurre que, tal vez, estaba tan agobiado por los problemas que tal vez pidió a Dios, "sin darse cuenta" que lo matara o lo metiera a la cárcel.

Lo siento mucho, en verdad. No puede uno dejar pasar semejante evidencia inadvertida. El pobre hombre está sumido en una clarísima depresión porque algo no tiene sentido. Un día normal está en su puesto de CD's piratas (otro tipo de delito) y de pronto llegan unos policías y lo inculpan de un crimen que no cometió y es condenado a pasar 20 años de su vida en prisión sin la más mínima evidencia.
-"Claro! a algo sin sentido hay que ponerle otra cosa con menos sentido aún para que... tenga... eh, ¿Sentido?"
-No, a ver... ¿Cómo?
Esta persona decide que tiene más sentido pensar que el pidió sin darse cuenta un castigo injusto a Dios y como le dio a escoger entre matarlo y meterlo a la cárcel, Dios en su "infinita sabiduría" decide cumplir la segunda opción, controlando las mentes de todos los que participan en el horrendo sistema judicial mexicano.

-No, no, no.. a ver otra vez...
Literalmente este incauto cree que tiene más sentido un dios que juega a las charadas que un dios que en lugar de andar cumpliendo las peticiones involuntarias de "cárcel o muerte" de un aburrido de la vida; debió proteger la vida de quien fue asesinado a sangre fría en las calles de la ciudad de México.

(spoiler alert!)
Finalmente el muchacho logra quedar libre no gracias a su imbécil creencia teológica sino gracias al impetu incansable de su familia y en un impresionante y distante lugar gracias a sus propios méritos. Impresionante porque el estaba a 2 milímetros de darse por vencido y aceptar la "realidad" de que su encarcelamiento injusto realmente se debía a una petición que el hizo sin darse cuenta.

Sigan encomendandose a Dios y verán lo que pasa. ...Es como soltar el volante mientras conducen.

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