martes, 18 de junio de 2013

Un paso atrás


Así como algunos pintores utilizan la técnica de sostener el dedo pulgar de forma vertical para hacer un comparativo entre lo que están plasmando en un lienzo y las medidas relativas de cada pincelada. De la misma manera es que hay que darse un tiempo para dar un paso atrás y recapacitar, reagruparse y reunir fuerzas nuevas para retomar una misión.

Es importante entender que un gran porcentaje de la resolución de un problema está dictado por el planteamiento que hacemos del mismo. Es decir, la perspectiva que tenemos de una situación dicta gran parte el método de solución o la herramienta que usaremos para sortear ese problema. Por ejemplo, en el mundo del ateísmo existen muchas y diversas opiniones. En un extremo están los que son militantes y absolutistas, que declaran y vociferan a diestra y siniestra que todo esta mal y que ésta es una vida que se debe llevar como una guerra en contra de los creyentes y en el otro extremo están los ultra moderados; o bien debería llamarles insípidos pues su aversión con cualquier tipo o forma de conflicto les provoca esconder la cabeza y demás extremidades dentro del caparazón.

Lo más curioso, es que de forma general somos propensos a preferir estar entre personas que concuerdan con nuestros puntos de vista o forma de pensar y es precisamente eso lo que nos hace propensos a una ceguera relativa o sesgo e nuestra opinión. Es decir, sólo basta con poner atención en muchos de los blogs y demás fuentes de información que hay sobre el tema del ateísmo. No pasa mucho tiempo antes de que los artículos comiencen a llevar una tónica en donde ya no se está retando al lector o audiencia en general a seguir cuestionando lo que lee o percibe. Pronto nos encontramos que se trata de seguir convenciendo a los que ya están convencidos en primer lugar.

Este efecto no es exclusivo de los ateos en lo absoluto; es simplemente una condición humana y cultural. Tenemos el caso de todos los apologístas, quienes estudian formas distintas para argumentar y fundamentar aquello que ya creen, lo que, desde ese punto de vista lo convierte en un acto ocioso. Es decir, no toman esos cursos de apología de su propio credo con el objetivo de que lo que les expliquen ahí tenga el mínimo de los sentidos y la más pobre de las congruencias.

Pero ello no quiere decir que debamos mantener el estatus quo; por el contrario, siempre hay que tomarnos un tiempo de reflexión. En mi caso, éste estado reflexivo inició cuando estaba haciendo una pequeña investigación que tiene que ver con todos los monumentos, crucifijos, altares e incluso hasta estructuras más grandes que han invadido la vía pública y que se han escondido por décadas bajo nuestras narices, ayudadas con el permisivo velo de la cultura y la costumbre.

Comencé a cuestionarme sobre la argumentación que quería hacer con respecto de las personas que construyen estos altares y demás objetos, de manera clandestina y en muchos casos por encima de los reglamentos de parques y jardines del municipio en donde los ponen. Todo con el pretexto de conmemorar una muerte. Mi conflicto, en particular, fue el darme cuenta de que no estaba siendo, probablemente, suficientemente empático con una persona que pierde a un ser amado en plena vía pública y decide dejar un recordatorio en ese lugar. A caso lo que me molesta es que sea una cruz o que se falte a las reglamentaciones de la sociedad. En el primer caso entonces sería válido que una persona ponga, digamos una piedrota en ese lugar.
¿Eso lo hace más tolerable?
¿Qué pasa si mejor pone un metro cuadrado de hermosas rosas?
...Eso está dentro de los lineamientos.

¿Es la vía pública, un lugar para usurpar con cualquier tipo de construcción de la que no nos haremos responsables después?

¿Qué haría yo si me ocurriera lo mismo y no pudiera pasar nunca más por ese mismo camellón de ese municipio sin ser asaltado por la memoria de un ser querido que murió ahí mismo?

¿Porqué se hacen de la vista gorda las autoridades?

¿Porqué si quitan estatuas y esculturas clandestinas pero no quitan un altar de 1 metro?
¿Son los anteriores argumentaciones de sentimientos?
¿Qué hay de los derechos de los demás?
En fin, demasiadas preguntas sin una respuesta sincera de mi parte. Pero, más importante aún, qué otras cosas podríamos estar pasando por alto en la comunidad atea, en nuestra pequeña burbuja. ¿Que tal que las cosas no son como se ven desde "mi pequeño mundito".

En otras palabras, si bien la gente que cree en religión o deidades, en su mayoría son por consecuencia de adoctrinamiento cultural. Y cuando abandonan su religión, no lo hacen porque la evolución les convence o incluso porque el método científico ya lo comprenden; más bien lo hacen porque el número de conflictos que les causa su forma de vivir a través de la religión cesa de tener un apego con la realidad y ellos se percatan de esto. Y con lo anterior no quiere decir, en lo más mínimo que se conviertan, por defecto, en ateos completamente entrenados en el escepticismo; más bien realmente concluye en que esas personas se vuelven parte del club de religiones potpourri, donde tiene el mismo valor poner a San Antonio de cabeza que utilizar la luz filtrada por "cuarzos mágicos" para llenar de energías positivas una habitación, que llenar botellas con agua para evitar envidias o usar ropa interior de color rojo para la buena suerte. Ah, claro que todo es permisible porque todo está ponderado con aquella simplista idea de: ¿Qué hay que perder?

Mi punto a discusión ha sido, durante mucho tiempo ya, precisamente que hay todo que perder y que el anterior, no es que el más flagrante argumento por ignorancia y que tiene sumido a este país pues el conflicto es filosófico, práctico, cultural, sentimental y de congruencia.

El escribir para este amado blog implica investigar e informarme lo mejor que puedo para poder desarrollar los temas y eso causa que, de pronto, los conflictos se vean mas cercanos que lo que realmente pudieran estar. Buscar testimonios, bibliografías y artículos relacionados me comenzaron a generar la sospecha de que la situación estaba mas desesperada de lo que yo opinaba. Algunas opiniones en muchos otros blogs dan la impresión de que todo va mal y que la única solución es claudicar o simplemente pelear todas las batallas y eso es muy poco eficiente. Otros blogs parecen estar conformes con dedicar un poco de tiempo o espacio en algún artículo solo para mencionar por quincuagésima vez que odian a la Iglesia católica o que siguen sin poder entender y aun mantienen la sorpresa de cómo los creyentes pueden creer en esas cosas y mejor se dedican al escepticismo que por cierto no aplican en ellos mismos y terminan avalando cosas realmente atroces. Todo como si el tema del ateísmo no tuviera un impacto social real y una cantidad de ángulos y aristas en el quehacer diario de la vida de la sociedad.

Será a caso que eso justifica a que, de pronto, en foros de ateos a nivel nacional o regional los temas que  predominan  temas sobre las mentiras de la homeopatía o el orígen del universo o bien pasan al otro lado del espectro en donde cada conferencia se torna en una discusión para verdaderos doctores en filosofía que termina por ser una danza de apareamiento entre "aves humanas" que se preocupan más por demostrar su nivel de prominencia que en si en causar que el mensaje sea entendido por la mayor parte de la audiencia.

¿Qué a caso no nos percatamos qué tan engranada esta la religión y sus privilegios y la gente cautiva que cuelga de ella aun tienen las riendas fuertemente agarradas de nuestros gobiernos y sociedad?

Debemos darnos cuenta poco a poco que la religión es una parte crucial aun de nuestra cultura y que incluso aun nuestro Himno Nacional menciona que el destino de nuestra Patria está escrito por el mismo dedo de un dios corrupto, vengativo, ausente e inexistente.

Luego cosas como la siguiente no es de mucha sorpresa:

Alcaldesa de Monterrey: Entrega llaves de la ciudad a "Jesucristo"

Me había apartado del activismo ateo solo para poder conseguir una perspectiva que me permita saber cuanto falta y cuanto se ha hecho. Hoy veo, con preocupación e ímpetu, que falta muchísimo por hacer y organizar y que a partir de hoy, un paso atrás...
Ni para tomar impulso!

jueves, 23 de agosto de 2012

El silencio

Y el animal humano descubrió que había fuerza mucho mayor a la propia cuando se encontraba en grupos y entonces pudo delegar responsabilidades. Que fueran otros los que se encargaran de sus preocupaciones y encontró la habilidad de trabajar en equipo, en sociedad. Y por fin tuvo tiempo de pensar. Pensar y no solo reaccionar ante los efectos de su entorno y sintió, por primera vez, la calma prolongada. Y supo lo que era tener tiempo libre y pudo dedicarlo a mejorar y mejorar su circunstancia. Y mientras pensaba, llegó la noche y luego el amanecer y se dio cuenta de que había pasado la noche sin tener que correr de las otras bestias que le regateaban la vida misma de igual a igual.

Y entonces se sintió fuerte y se sintió afortunado y descubrió el orgullo propio. Y vio el sol salir por el horizonte, por primera vez sin tener que estar en plena huida y escuchó a los otros animales despertar para seguir con las actividades que él, hasta ese día, había estado forzado a hacer. Y miró a sus demás compañeros de manada y vio que había calma y comprendió que el sol era la señal de que había logrado pasar el terror de la noche. Y el animal humano se adecuó a esperar y a apreciar el amanecer y a desearlo tanto como uno se aferra a la vida misma pues efectivamente era una señal de que aun seguía vivo.

Y entonces comenzó a sentir gratitud por no haber sido la cena de otro animal; como los que él y sus compañeros cazaban por las mañanas. Y aquel animal humano preguntó quién habría puesto esa señal de la mañana y nunca escuchó respuesta, solo estaba el y sus primitivos pensamientos de humano; el sol sólo se limitaba a calentarle la piel y le hizo recordar los brazos primitivos de su madre. Y comprendió que ella había significado una gran pérdida para su manada, para su sociedad. Y no soportó el silencio del sol así que preguntó a la luna pero era una señal que era menos confiable y mas endeble que el sol.

Y aquel humano primitivo nunca aceptó que el sol nunca le respondería y que el recuerdo de su madre solo era eso; solo un recuerdo de esa paz y tranquilidad que hoy sentía. Y entonces humanizo al sol y a la luna; y lo hizo con los lagos y los otros animales y con las piedras y el viento y vió que si todo se ponía en sus términos era más fácil de comprender y entonces decidió ser el centro de su universo y recortada visión.

Y cambió a su conveniencia su entorno y siguió preguntando al todo lo que podía ver y tocar, cosas que aquel humano había humanizado y silencio fue lo único que obtuvo. He hizo ofrendas, de todos tipos, y se cortó la piel y enseño sus entrañas y el silencio siempre lo acompañó. Pero nunca cambió su perspectiva y nunca cambió su forma de preguntar. Y obligó a otros animales a comportarse como el, a adecuarse a sus necesidades y luego hizo lo mismo con la tierra y descubrió a labrarla.

Un día, aquel animal humano se hartó del silencio de todo aquello que no era humano y se hartó de que habiendo humanizado todo no era suficiente para conseguir respuesta y su primitivo cerebro no consiguió entender que nunca habría respuesta. Y entonces adjudicó voluntad a todo aquello que era inerte y justificó el silencio de las piedras con renuencia de éstas a responderle y les ofreció la sangre y cabezas de los animales que ya se comportaban como los otros animales humanos dictaban y el silencio creció como una bofetada y nunca lo satisfizo. "Tal vez el viento y la tormenta contestan a su propia manera" -pensó.

Y habiendo humanizado todo el universo y todo lo que no controlaba pudo comprender la soledad en que se encontraba y entonces adjudicó propósito a aquel silencio. Y decidió merecer la respuesta de aquello que nunca llegaría y decidió aprender. Y siendo aquel animal humano el centro de su propio universo; decidió que todo propósito de todo lo inerte sería de beneficio exclusivo y directo para él y su manada; su tribu. Y así descubrió su identidad y así definió su propio propósito.

Un día, el animal humano se cansó de hablar con los arboles y las piedras y los ríos y los lagos; pero éstos ya tenían voluntad y algunos compañeros juraban haberles escuchado hablar en lenguas extrañas y sintió alegría. Y concentró la voluntad del viento y la tormenta en formas humanas que no podía ver. Con caprichos que no podía entender y, ante aquella confusión adjudicó caprichos que fueran más entendibles y luego los humanizó también. Y diseño seres supernaturales a su imagen y semejanza y pretendió escucharles en los sueños. Y un día pudo soñar con los brazos de su madre y pudo recordar su cara. Y decidió que eso también era una señal; tal como las señales que le hablaban al oído, las palabras de los arboles y los montes.

Y un día un volcán arrasó con su aldea, sus animales y su familia y cuando la tempestad terminó escucho, otra vez el silencio y descubrió la frustración y la negación. Y decidió que aquellas señales eran claras muestras de las voluntades del volcán. Y entonces se sintió pequeño e indefenso y añoró los brazos de su madre y la protección de su manada y supuso que aquellas voluntades eran mas fuertes y orgullosas que la suya. Y creo un ser más poderoso que el volcán, fuera de su plano terrenal que fuera todo lo que no podía explicar y fuera todo lo que él no podía ser y fuera de todo lo que le pudiera lastimar y fuera de todo lo que le pudiera contradecir.  Y entonces creo deidades con dos ojos y dos piernas, con cabeza como la de el y manos como las suyas.

Y soñó con aquella aldea que había perdido y el dolor que le causaba y pidió ayuda al nuevo dios y extrañamente aquel humano animal resultó ser el preferido de dios. Le puso los animales a su servicio y le rindió el planeta entero a sus pies para que él gobernara por encima de todo. ¿Y quién era él para cuestionar aquel designio divino? Al fin había respuestas y todas concordaban con lo que el pensaba. Y lo tomó como señal de fortuna y declaró guerra y dominio sobre otros animales humanos.

Y logró conquistas cuantiosas y cuantos más compañeros coincidieran con los designios de su dios personal tanto más se beneficiaba con sus conquistas y descubrió el poder y fundó la religión y se hizo rey. Y se declaró inmortal y prometió inmortalidad en las próximas vidas junto a su dios personal.

Algunos animales humanos se replegaron y se rindieron ante el silencio y cambiaron sus preguntas. Y guardaron silencio y comenzaron a observar y se maravillaron del entorno donde vivían. Y descubrieron la diversidad de todo lo que no era humano y dejaron de humanizar. Y comprendieron que no había nada que escuchar y todo por aprender. Otros animales humanos encontraron brujas y demonios y se comenzaron a matar entre ellos, pero los observadores comenzaron a comprender que la belleza del universo está en la enorme diversidad y en lo ínfimos e insignificantes que eran y descubrieron la verdadera humildad y la verdadera dignidad que radica en vivir solo una vez sin promesa póstumas ni dioses a la medida y esos se hicieron humanistas y no humanizantes.