viernes, 21 de octubre de 2011

Como golpear el humo

Hace no mucho tiempo me llegó un correo electrónico por error. Era de parte de un tío mio quien mencionaba los "horrores" de la cultura musulmana y "sus costumbres extremistas". En el correo habían algunas ligas a videos que mostraban la opresión y persecución religiosa que ocurrían en países como Afganistán o Arabia Saudita. Imágenes y testimonios de opresión a mujeres y la gran falta de libertad.

Más allá de qué tan debatible es la opresión musulmana en ciertos paises, me llamó la atención que el correo terminaba con un comentario:
-"¡Que bueno que nosotros no somos así!"
Refiriéndose a los católicos, quienes abundan en mi familia y para quienes iba dirigido semejante correo. Obviamente, fue ahí cuando me di cuenta que había sido un error la aparición de ese correo en mi bandeja de entrada, digamos que no es un dato ajeno al conocimiento familiar el hecho de que soy ateo desde hace ya mucho.

Lo interesante, para mi, era la evidente ceguera selectiva que mostró mi tío al afirmar con tanta vehemencia que "ellos" no eran así. Yo recordaba perfectamente a muchos familiares criticar a otros con base en "el pecado de ser madre soltera", "mantener relaciones fuera de matrimonio", "el pecado de la homosexualidad", "estar loco de remate por cambiar de religión" o incluso "condenar al infierno eterno a mi propio hijo por no quererlo bautizar". ¿A caso no es eso una forma de opresión religiosa?

Muy bien, tal vez no al nivel que existe en esos lugares tan "lejanos" como Afganistán, y yo estaría exagerando por completo al querer buscar indicios de violencia religiosa dirigida hacia alguien más dentro de mi propia familia. Después de todo, mi tío tenia razón. Claro, si él se refería al diminuto grupo de familiares católicos que habían sido incluidos dentro del correo, unos 20 aproximadamente. Pero tengo toda mi vida de conocer y hablar directamente con mi tío, yo podía saber que no se refería en exclusivo a sólo los 15 o 20 familiares. El se refería a los católicos en general.

Hay algo sutilmente retorcido en esa expresión tan pequeñita que utilizó mi tío para referirse a "los que son como él"; aquello de "que bueno que nosotros no somos así" me cautivó. Es como si alguien que ve los crímenes en las noticias dijera: "Que bueno que no soy asesino" o " que bueno que yo no secuestro y torturo a mis semejantes". Mientras leía ese correo no podía dejar de pensar que esa expresión denotaba la aceptación del muy palpable potencial de ser violento o de alguna vez haberlo sido como grupo religioso.

Encima de todo, existía en el resto del correo ese aire de condescendencia que es exhalado como consecuencia de saberse miembro del club favorecido por el mismísimo creador del universo.
-"Que bueno que nosotros no somos así"

El correo incluía un comentario final que establecía una petición a quien recibiera dicho mensaje. Éste no debía ser retransmitido a mi hermana de manera directa pues ella podría ofenderse por ser musulmana.
-"Yo hablaré con ella después."

-Dudo con sinceridad que dicha plática haya tenido ocasión alguna entre mi tío y mi hermana.

Supongo que a partir de esa fecha, en la que me llegó aquel correo, me he vuelto más consciente a esta forma tan peculiar de cisma familiar, social y religioso que por un lado parece ser inevitable y por el otro lado debería ser tomado como primer evidencia de que hay algo profundamente incongruente en el aspecto sagrado de la religión, percibida como una de tantas actividades humanas.

Me tomó un tiempo relativamente corto el "salir del closet como Ateo" con mi familia inmediata, es decir mis padres y hermana. Sobre todo porque al principio yo me auto definí como "agnóstico estricto" pues no podía comprobar la existencia ni la ausencia de Dios o dioses y sinceramente aun no conocía los términos que hoy son tan familiares. Sin embargo, el proceso de "destape" con el resto de mi enorme familia no nuclear ha sido muy gradual y, mientras soy un ateo activista y verbal con respecto a mis creencias, no soy alguien quien restriegue sus creencias en la cara de los demás. Sobre todo si no es el momento apropiado como para discutir esos temas; sensibilidad que uno va adquiriendo con el tiempo, cabe aclarar.

Poco a poco familiares como tíos y primos se han ido enterando de mis puntos de vista con respecto de la religión y todo aquello referente a Dios y el humanismo. Algunos actúan con tolerancia sincera, otros con interés y otros más actúan como cuando a alguien se le rompe el pantalón en una presentación importante y no se ha dado cuenta; nadie es directo con él y le menciona el desperfecto y mejor lo utilizan para criticarlo o burlarse a sus espaldas. Y hay quien ha entablado larguísimos debates por correo.

En alguno de esos muchos debates me hicieron un reclamo por generalizar mi opinión con respecto del proceder típico de los católicos. El reclamo estaba centrado en el artículo que escribí durante el mes de julio acerca del dinero de la Iglesia Católica. En concreto, me reclamaba sobre decir que los católicos tienen la vista nublada con respecto a la Iglesia y su proceder y que eso no podía ser cierto para todos los católicos.
-"Deberías al menos especificar qué clase de católico es a la que estas haciendo referencia. En mi comunidad yo nunca he visto que nadie sea así"

Lo que era evidente es que mi artículo había lastimado varias fibras sensibles de su fe y la negación era la opción más fácil en ese momento y que ni siquiera se había preocupado por leer bien el documento o revisado las referencias para cerciorarse de que habían sido obtenidas de documentos oficiales de buena fuente como la misma Santa Sede. Sin embargo, debo aceptar que cuando uno generaliza se pone en riesgo de cometer errores de manera muy fácil y si ese fue mi error entonces debo aceptarlo y no cometerlo otra vez.
Decidí regresar y revisar aquel artículo para ver qué era lo que había puesto y darme cuenta si había cometido el error o no. Para mi sorpresa no había tal error o al menos no era tan evidente.
¿A qué se refería con eso de "deberías especificar qué clase de católico"?
¿A caso esta misma persona estaba dividiendo aun más a las personas de su mismo grupo religioso para poder establecerse como legítima?


Un verdadero escocés...
En filosofía existe una forma muy peculiar de falacia no formal llamada "no es un verdadero escoces" ( No true scotsman) que esencialmente establece un error lógico, ya sea intencional o no, sobre la definición generalizada de los elementos de un conjunto en donde una persona que trata de definir el conjunto mueve arbitrariamente los elementos del conjunto para que la definición pueda permanecer intacta en lugar de aceptar que hay problemas en la misma definición.

-"...Bueno, Billy. Tu sabes que un verdadero escocés únicamente bebe whiskey escocés y nada más."
-" Tengo un amigo que nació en Escocia y prefiere el Tequila cuando viene por aquí..."
 
-"Lamento desmentirte entonces Billy. ¡Tu amigo entonces no es un verdadero escocés!
A demás, un verdadero escocés es alto, fuerte y siempre sabemos como tocar la gaita con extrema destreza."
-"El padre de mi amigo también es nacido y criado en Escocia y desciende de padres escoceses y aunque bebe siempre whiskey escocés y fue muy fuerte en su juventud, no sabe tocar la gaita y es mas bien bajo de estatura..."
-"Ahhh... Las cosas de la vida Billy, él tampoco es un verdadero escocés entonces"

El ejemplo más evidente de esto es esta actitud desmoronada entre las creencias religiosas dentro de una sociedad que les permite excluirse de cualquier cosa que no les parezca sin asumir la responsabilidad de los actos del grupo. Pareciera que existe una versión de esa falacia adaptada para ser "no es un verdadero ___". Donde podemos llenar ese espacio en blanco con cualquier denominación religiosa que nos venga en gana. Pero esto únicamente genera un lío enorme que no solo es complicadísimo de limpiar sino que oculta el verdadero problema y habilita a otros problemas más graves.


-"Que bueno que nosotros no somos así"


Ateos de muy alto perfil como Sam Harris y Christopher Hitchens mencionan que el problema de los creyentes moderados es que posibilitan y habilitan la existencia de los que son más extremistas. Al principio, me costó mucho trabajo encontrar evidencia de este hecho pues pareciera que al hacer esta misma separación entre moderados y extremistas debería de ser suficiente para disminuir el impacto religioso en la sociedad. Como quien hace una "sanja guarda fuegos" en un bosque para que un incendio no pase de el limite descrito por la misma sanja. Por otro lado, es esa misma separación, entre los moderados y los más fundamentalistas, lo que debería mermar sus energías y fuerza en números. ¿O no?

Pero lo que pareciera contrasentido en las palabras de Hitchens o Harris tomaría un gran significado si es que pudiéramos encontrar evidencia de que los miembros más moderados de una religión realmente habiliten y posibiliten la acción de los miembros extremistas.

-"Que bueno que nosotros no somos así"
-Eso está por verse...

A penas este pasado 15 de Septiembre me encontré con una noticia que me llenó de rabia y desconcierto; lo primero por que es inconcebible que estas cosas pasen en pleno siglo XXI y lo segundo por que es una noticia de mucha importancia y que no recibió cobertura en los principales medios de radio y televisión del país, pero vamos, después de ver que son esos mismos medios de comunicación los que no dudan en preguntar a los cardenales su opinión sobre cualquier cosa que ocurra en el país; no es de causar mayúscula sorpresa el toparse con otro caso mas de ceguera selectiva.

Este pasado 15 de Septiembre fue suspendido la celebración del grito de Independencia, ritual mexicano que define el inicio de La Guerra de Independencia de mi amado país. No, no ocurrió en todo el país. Fue a causa de la violencia ejercida por un grupo organizado pero no de narcotraficantes. Todo fue parte de los disturbios que han tenido lugar en San Rafael Tlanalapan, Puebla. Un pueblo pequeño ubicado cerca de la frontera del estado de Puebla con el de Veracruz.

Durante los años 90 fue transferido el sacerdote Ascención González desde otra localidad. El motivo era simple y para no variar el modus operandi con el que la Iglesia Católica opera desde siempre. Ascensión era un cura que causaba problemas. Era bélico y violento y tras haber causado levantamientos religiosos en la localidad original a donde había sido asignado como obispo la Iglesia decidió reasignarlo sin notificar a las autoridades ni levantar más polvo del mínimo necesario. Lo más obvio era mandarlo a un pueblo lejano, no para que el aislamiento lo hiciera recapacitar, sino para que lo que sea que hiciera tuviera menos reflectores.

-"O es el pastorcito cristiano o yo, pero no cabemos los dos en este pueblo"
Hizo mención Ascensión en las últimas llamadas a levantamiento social justo después de enterarse de que la comunidad cristiana Roca Fuerte consiguieran por fin los medios económicos para erigir un nuevo templo para ellos mismos. El cura católico continuó alentando a sus fieles para que a punta de machetes y palos corrieran a "esos cristianos" del pueblo.


-"Tiene que correr sangre para que se vayan del lugar!"

Las agresiones a cristianos por parte de la comunidad católica, dirigida por Ascensión datan desde la década de los 90's. Interrupciones del servicio de agua potable, agresiones verbales, entre otras se suman al repertorio de hostigamiento del que son capaces aquellos que se juran hijos de Dios y amar a su prójimo como a ellos mismos. El clímax del drama de San Rafael Tlanalapan fue cuando un grupo de cristianos se refugiaron en el templo del pueblo para escapar de un grupo de católicos quienes intentaban lincharlos y crucificarlos.

-"Esos cristianos no los conocemos ni piensan como nosotros y no sabemos cuáles son sus mañas... Este pueblo es tradicionalmente católico y no nos interesa que ninguna otra religión exista aquí. Así que, o se van o los crucificamos"

-Gritaba enardecida una señora que se sumaba al tumulto que con machetes y palos buscaban a los cristianos aterrados mientras Ascensión tocaba las campanas de la iglesia haciendo el llamado para que el resto del pueblo participara.

¿Y las autoridades?
-"Tenemos un conflicto entre católicos y cristianos pero no es nada que no se pueda resolver... es que a veces la gente se prende por diferencias religiosas y se las toman muy a pecho." -Fernando Manzanilla Prieto. 
Minimizó el Secretario General de Gobierno de la entidad. Acción que terminó por sumarse al resto de las tibiezas que los demás funcionarios públicos dejaron ver. Por otro lado, el mismo presidente municipal hacia mención que las mesas de dialogo entre católicos y cristianos se tendrían que suspender pues la administración municipal no podría, o no quiso, garantizarles, a los segundos, su seguridad e integridad física; logrando así el éxodo de mas de 70 familias cristianas que se vieron forzadas a huir de San Rafael Tlanalapan.
-"El problema se da entre católicos tradicionalistas"
Habiendo dicho eso, automáticamente el problema ya no es de los católicos, sino que ya es problema de aquellos católicos que son "tradicionalistas". Ah vaya, haberlo dicho antes, hombre.

Al día de hoy se intenta reintegrar esas 70 familias y los cristianos fueron forzados a reubicar su templo para que no estuviera cerca de su equivalente católico y no causara más indignación. Ascensión logró llegar a su edad de jubilación por lo que fue cesado del cargo de obispo de la localidad pero aun oficia misas.

Es como querer asestar un golpe a alguien hecho de humo. Cada que un grupo extremista toma una acción violenta es motivo suficiente para que el resto de los creyentes, los moderados, se desmoronen y separen del grupo principal, evitando así a toda costa el tener que cargar con la responsabilidad moral y cívica de mantener a sus locos con camisa de fuerza. La responsabilidad no puede terminar con solo identificar a los que no cumplen con la nueva y móvil definición de católico, musulmán, judío o cual quier otra denominación.

La responsabilidad debe permear hasta adentro de las organizaciones religiosas para que puedan cambiar y mejorar. Es esa soberbia, la misma que esas organizaciones condenan como pecado capital, la que incrementa esas ínfulas de pedantería y autoritarismo fatuo la que les hace creer que pueden tratar al resto de la sociedad como quien expulsa un niño de una habitación pues lo que escucha "es plática de adultos".

El problema precisamente radica ahí, en jactarse de lo "bueno que es no ser igual a ellos" y pensar que definitivamente Dios sigue de su lado y no del de "ellos". El problema sigue siendo suyo señores.




Referencias: