lunes, 6 de diciembre de 2010

Abismos imperceptibles.

Hoy en día es muy extraño encontrarnos con alguna persona que crea absolutamente con toda la convicción de  su mente que la tierra es plana o que el sol es un objeto que gira al rededor de la tierra de aproximadamente el mismo tamaño de la luna. Inmediatamente sabemos que una persona con esa forma de pensar es alguien que no ha visto nunca la televisión o documentales en donde los astronautas hacen caminatas espaciales y se puede ver la curvatura de la tierra o pensamos que esa persona simplemente nunca ha ido a la escuela para aprender cosas tan elementales. Sin embargo la sociedad se comporta como un porta aviones o un barco enorme muy difícil de maniobrar y operar; una vez que se ha echado a andar es muy difícil cambiar su rumbo.

Pero pensemos por un momento cómo es que esas personas llegaron a esas conclusiones. Es decir, cuando uno sale de su casa muy temprano en la mañana literalmente vemos al sol salir por un lado del horizonte y cruzar todo el cielo hasta llegar al otro lado del horizonte para, por la tarde, desaparecer ante nuestros propios ojos. Más aun, cuando caminamos de un lugar a otro la tierra es visiblemente plana, claro sin contar los accidentes geográficos que puedan existir en el terreno como montañas o valles. Ante la experiencia personal y empírica de tales personas va perfectamente contra "naturaleza" negar que la tierra es estacionaria, que la tierra no es plana o bien que la diferencia de tamaño entre el sol y la luna es tan abismal que la luna es como una pequeña piedrita cuando se compara contra la enormidad de nuestro sol.

-"¡Tu debes estar loco! La tierra es redonda... Ja! Si, como no... "
Con seguridad nos diría esa persona cuando nos escuche decirle que el sol es mucho más grande que la tierra y que somos nosotros quienes giramos en torno de el y no al contrario. Es ahí cuando nos detendríamos a pensar y tratar de convencerlo. ¿Pero cómo?
Si le mostramos una película de astronautas, él podría pensar que solo son efectos especiales y que realmente lo estamos queriendo engañar. Tendríamos que explicarle en términos que una persona que no ha tenido instrucción pueda entender sin hacer las cosas demasiado complicadas.
Podríamos por ejemplo presentarle a un amigo de otro país, de preferencia de uno que esté en un lado opuesto del Trópico de Cáncer para que le explique en qué meses del año ellos pasan el invierno o el verano.

-"En Argentina tenemos el verano justo en los meses del final del año mientras que en México voz tenéz invierno durante el mismo periodo de tiempo" - Diría nuestro hipotético amigo.

Eso debería ser suficiente para inducir la duda en la mente de una persona que cree que la tierra es plana. Incluso podríamos darle la libertad de que sea el quien vaya y pregunte a cualquier Argentino o Brasileño o cualquier persona del hemisferio sur sobre si eso es cierto. Con esa información seríamos capaces de explicarle a nuestro incrédulo amigo que  la tierra tiene un eje de rotación que se mueve durante el año haciendo que el hemisferio sur tenga la luz del sol más directa durante los meses del final del año y el hemisferio norte tiene una posición mas inclinada en la misma época causando temperaturas más bajas. Esto tiene una explicación muy sencilla si consideramos a nuestro planeta esférico. Por último podríamos mostrarle cómo el filósofo griego Eratostenes pudo comprobar que la tierra era redonda en el Siglo primero A.C. Eratóstenes sabía que clavando una vara perfectamente perpendicular al suelo en Egipto no produciría sombra durante el solsticio de verano. Sin embargo se enteró que en su ciudad natal de Alejandría la misma vara si produciría una sombra en la misma época del año. Intrigado, Eratóstenes construyó un mapa en un papiro dibujando en él  a Alejandría y Egipto, cada uno con atravesado con unas varitas del mismo tamaño cada uno, sin embargo en su mapa las varas producían una sombra exactamente igual si el papiro estaba plano. Las cosas coincidieron con la realidad cuando Eratóstenes decidió levantar el papiro por el centro, causando una curvatura en su mapa... ¡Eureka! Las varas mostraron sombras diferentes; la tierra tendría que ser redonda.

De la misma forma podríamos mostrarle a este, ahora muy sorprendido amigo, que los experimentos de Magallanes o Keppler también coinciden con la realidad de un planeta que viaja de forma elíptica al rededor del Sol y más aun proporcionan una forma mucho más sencilla de explicar el movimiento de los demás planetas visibles desde la tierra. Explicar los movimientos de Marte o Venus en un sistema planetario no heliocéntirco es mucho más complicado que en uno que si lo sea.

...y qué hay de otras fenómenos naturales?
Los antiguos Aztecas creían que el sol era regido por Huitzilopochtli que era también dios de la guerra pero ahora sabemos casi en todo el mundo que eso es solo un mito. Sin embargo no siempre es tan evidente el darnos cuenta que hemos aceptado como ciertas algunas explicaciones que no solo complican mucho más el evento a describir, sino que limitan mentalmente a quien no tiene mente escéptica y científica; a quien apaga su curiosidad y decide seguir explicaciones llenas de superstición y misticismo. Llamar intervenciones divinas, milagros y actos de Dios a cosas que nos parecen muy difíciles de explicar es precisamente apagar el cerebro y echarse a dormir. Continuar con ideas arcaicas como que los temblores y desastres naturales son castigos de Dios o hincarse a pedir al cielo, leer horóscopos o ir con curanderos o lectores del tarot para que la economía de la familia mejore es literalmente igual a pensar que es Huitzilopochtli quien rige el comportamiento del sol.

¿Qué sería de nuestra sociedad si fuéramos un poquito más como Eratóstenes y no dejaramos que la pereza mental que es inherente al pensamiento religioso nos abarcara? Tal vez, seríamos cada vez más hábiles en percibir estos huecos mentales que nos hacen "dejar todo a la buena de Dios" y nos pondríamos a trabajar en pro del avance y el bien de nuestras comunidades o familias. Tal vez nos daríamos cuenta de que no existen dioses que nos obliguen a comportarnos de ciertas formas o de lo contrario habrá tormentos eternos. Tal vez nos demos cuenta que estamos solos en este planeta y que por lo tanto debemos querernos y respetarnos entre todos en lugar de repudiar a los que van encontra de lo que esta escrito dento de supuestos libros sagrados que convierten a esos huecos mentales en abismos tan grandes que nos han engullido ya y que ahora son imperceptibles porque vivimos dentro.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario