martes, 23 de noviembre de 2010

Ser públicamente Ateo.

"Bueno muchachos; ya es hora de que me retire a mi casa..."
-Lo anunció a los cuatro vientos la administradora de la empresa para la que trabajo cómo una forma de invitación a los aun presentes para que hiciéramos lo propio y nos retiráramos también. Pero algunos de mis compañeros aun tenían actividades pendientes y solamente la miraron pasar con rumbo al elevador.

"¡Que el Big Bang te acompañe!"
-Le gritó un compañero mio, con un tono muy atinado de ironía. Él es abiertamente ateo y por si fuera poco es bromista y lo conocemos así y como era de esperarse el resto comenzamos a reírnos de lo absurdo del comentario. Había logrado colocar perfectamente una agresión pasiva.
Y si, justo cuando terminó de decir su frase mi compañero ella le contestó: "¡Grosero!" con un ligero tono de indignación. El pequeño grupo de ateos de la oficina sabemos perfectamente que ella es cristiana devota y que nunca se ha preocupado por si quiera leer la Biblia. Pero también es de aquellas que no dudan nunca en aprovechar la ocasión para mencionar cosas religiosas, aun cuando no tengan relación alguna con el tema a discutir.
Solamente me quedó suponer que mi compañero se estaba desquitando de forma irónica de algún episodio de intento de evangelización por parte de ella.

-"Se pasó de la raya esta vez!"
Me hizo el comentario mientras el ascensor hacía su monótono recorrido hacia la planta baja.
-"¿Qué acaso no tiene derecho a expresar sus puntos de vista y desearte un buen viaje a su manera?" - Le pregunté de manera poco ingenua.
-"...no es lo mismo." -Respondió de manera tajante después de dudar sobre su respuesta mientras el elevador llegó a la planta baja; luego ella misma fue quién optó por cambiar de tema.

Y es aquí donde postulo, entonces, la pregunta: ¿Hasta donde es un derecho expresar nuestras opiniones sin tener pendiente de que los demás se ofendan? Nuestra constitución nos garantiza un derecho pleno a libre opinión y expresión. Porqué es, entonces tan común ver a otros no creyentes ser tan temerosos cuando se trata de expresar nuestra verdadera opinión sobre si hay o no un ser invisible que cumple deseos.

Ser ateo es una cuestión filosófica muy sencilla que nos pone en una posición mas bien complicada cuando el grueso de la población es creyente. Es sencilla porque simplemente no creer en Dios o dioses no tiene como premisa necesaria pertenecer a cierto movimiento político o incluso negar la existencia de lo paranormal. Sin embargo, tiene como consecuencia una situación complicada porque no requerimos de una constante afirmación de la existencia de ese ser o esos seres paranormales para poder llevar una vida plena. Así que no verán en una cena de ateos a los invitados tomarse de las manos y expresar al unisono que no existen dioses. Eso sería simplemente ridículo.

Esto nos lleva a ser un tanto menos evidentes que la mayoría de los creyentes quienes incluyen a estas deidades en su cultura y forma de ser por medio de expresiones tan cotidianas como: "Ve con Dios", "Que Dios te acompañe", "Si Dios me da permiso nos vemos el lunes", "Eso es del Diablo","Solo Dios sabe..." entre otras tantas.

Pero esto no quiere decir que los ateos seamos personas insensibles o sin buenos deseos para los que nos rodean lo único es que es muy común que usemos frases menos notorias como: "Que te vaya bien!", "Cuídate mucho" o "Si todo sale bien nos veremos el lunes". Pero el hecho de no ser tan notorias o contrastantes nuestras expresiones no quiere decir que no tenemos el derecho a expresar lo que pensamos o sentimos.

Es muy injusto que sólo porque ser creyente es la posición más común en la sociedad los que no tenemos una creencia en una divinidad nos tengamos que recluir en el silencio opresor que está disfrazado de respeto a las creencias de los demás. ¿No es acaso el respeto algo que 1 se gana con esfuerzo y 2 se obtiene y establece de manera recíproca entre los interesados? Hasta ahora la sociedad toma como respeto a las creencias de los demás; siempre y cuando esos "demás" sean creyentes también. Pero, ¿y si no?
Porqué es que inmediatamente supimos todos que "que el Big Bang te acompañe" sería tomado como agresión pasiva y porqué nunca se toma como agresión cuando alguien te dice: "Ya puse de cabeza a San Judas para que te ayude..."?
O aún más grave el mismo Presidente de nuestro país en la rueda de presa del programa "Vivir Mejor, Compromiso con la Reducción del Consumo de Drogas del 26 de junio del 2009" expresa que los jóvenes que no creen en Dios porque no lo conocen los hace "caldo de cultivo para adicciones a las drogas...".
Estimado señor presidente es usted un obtuso, ignorante, superficial y pequeño ser humano.

Probablemente es que nuestra sociedad no está acostumbrada a tener cambios tan radicales para después convertirse en una más incluyente. De ser eso cierto entonces es ahora más importante entender qué significa tener libertad de credo y libertad de expresión en un contexto de equidad en nuestra sociedad.

2 comentarios:

  1. que complicada, tan facil como decir un gracias que Dios te acompañe o cualquier otra cosa para tomarlo mejor como cotorreo, no veo por qué la ofensa, osea que si un judio le hubiera dicho un shalom o un musulman un assalemo aleikoum o un hindú un namaste tambien se hubiera ofendido?

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