lunes, 11 de octubre de 2010

¿Qué tiene de bueno esta vida si no hay otra después?

Hace no mucho tiempo una prima mía que trabajaba como directora de un pequeño albergue para niños de la calle acudió a mi casa y me comentó que estaban teniendo dificultades para "cerrar el circulo educativo" dentro del plan educativo del albergue. "... Me gustaría que la educación que se les diera a los niños sea completa e integral... ". Ella me explicó que "integral" significaba para ella que no solo se les dieran clases de lectura y escritura, matemáticas o ciencias en general; ella quería que también se incluyeran clases de desarrollo espiritual.
 "¿A qué te refieres con desarrollo espiritual?" - Le pregunté.
"Hay mucho más en esta vida que lo que las ciencias pueden explicar y que da paz a las personas" - Respondió.

Después de unos minutos más de continuar nuestra plática me confesó que ella estaba muy preocupada porque en más de una ocasión habían querido explicar a los niños que sufrían de los más escandalosos abusos por parte de sus propios familiares que todo iba a estar bién de ahora en adelante.
-"Estaba desesperada, primo. Quería que sintieran algo de consuelo en que estando con nosotros ninguno de esos abusos ocurrirían más. Que Dios no permitiría que semejantes atrocidades les pasaran a sus niños queridos."
-"¿Y qué pasó con ellos después?" - Le pregunté.
-"Nuestro albergue aun no es lo suficientemente grande como para proveer alojamiento definitivo a los niños. Funciona mas bien como una escuela que como un orfanato o un internado. Eso significa que los niños deben, finalmente regresar a sus casas, donde quiera que ellos llamen casas..." -guardó silencio un segundo y continuó: "... esos niños no dejan de amar a sus padres... Aunque los golpean, drogan o violan sexualmente y de forma constante esos niños siguen refiriendose a sus progenitores como papá y mamá. Muchos piensan que de alguna forma es culpa de ellos mismos y muchos otros no saben porqué pero simplemente se resignan. Simplemente, el otro día uno de los niños al que su papá lo viola me puso una tremenda cara de incredulidad cuando le traté de hablar de Dios, MI DIOS. Esos pequeños les han sacado la fé del cuerpo a golpes... Yo no puedo prometerle a un chiquito de esos una vez más que Dios no les dejará sufrir más. ¿Cómo haces tu que no crees en Dios ni en el cielo para seguir adelante? ¿Qué de bueno tiene esta vida si no viene otra mejor después?"

La escaséz de un bien causa un aumento en su precio o valor.
Si un cierto bien es deseado en el mercado, su precio o valor aumenta en relación inversa a la cantidad de copias existentes de dicho bien dentro del mercado donde se comercia. Si de forma opuesta ese bien se hace demasiado fácil de conseguir su precio o valor tiende normalmente a bajar. De forma personal creo que nuestra experiencia de vida es análogo a un bien incalculablemente valioso. La vida de un ser vivo es literalmente un bien único e irreemplazable. Bajo ésta óptica es mucho más fácil darle la vuelta al sartén y regresar la pregunta: ¿Qué de bueno tendría esta pequeña vida tan corta y llena de sufrimiento si la que le sigue es eterna y "perfecta"?
¿No acaso la promesa de una vida eterna es realmente una promesa que contraviene absolutamente la que tenemos ya como certeza?
Le guste a quien le guste y a quien no también, ésta vida es la única de la que tenemos certeza y es la única sobre la que podemos, planear, disfrutar, sufrir y por sobre todo actuar. Y el poder actuar es lo que nos debe llenar de fortaleza y creatividad para hacer lo mejor que podemos con las herramientas que estén a nuestro alcance. Oscar Wilde decía: "Quien vive dentro de sus propios medios sufre de una falta de imaginación".


Es responsabilidad única e intransferible cargar con nuestras propias vidas y, si así lo consideramos necesario,  hacer con ellas lo mejor que se puede desde la primera vez. No puedo imaginarme yo sentarme frente a ese niño indefenso y reiterarle que su fé lo va a librar de los problemas tan graves que tiene. De manera personal pienso que esa es una cara equivocada de la compasión. La compasión no sirve de nada si no va seguida de una acción que ayude a la causa; de otra forma simplemente se llama "lástima".

La promesa de un cielo para "los que son buenos y un infierno para los que son malos" polaríza la realidad en términos de blanco o negro y genera distracción en la mente de los creyentes. Distracción en la mente de los que deben actuar para cambiar su situación para dejar de sufrir. Genera represión en los corazones de quien ha sufrido una agresión: "Ya verá, Dios lo castigará con el infierno cuando muera". Genera anhelos falsos en cosas que no pueden ser comprobadas y que por consecuencia son totalmente irrelevantes en nuestro andar por la vida. Por si fuera poco, esa visión del "infierno para los malos" termina siendo irónica cuando es muy común que "los buenos" tengan un infierno en vida para, encima de todo, tener la incertidumbre de no saber si son o no suficientemente buenos para ir al cielo.

Hay quien prefiere el consuelo de una vida  eterna y libre de horrores porque la vida que tiene simplemente tiene demasiados. Pero no existe señal alguna de que eso será así solo por desearlo. Hay quienes, en cambio preferimos la realidad por cruda que esta sea. La preferimos porque solo teniendo los pies en la realidad es que uno puede aspirar a tener la influencia suficiente para cambiarla aunque sea de forma minúscula. Qué sería de esos niños abusados sistemáticamente por sus padres si en lugar de darles fe se les hubiera llamado a las autoridades y aprisionado a sus padres. Tal vez sus padres estarían tras las rejas el día de hoy y ellos en un orfanato. Tal vez, algún familiar se hubiera enterado y hecho cargo de ellos. Tal vez esos niños nunca verían un adulto decirles mentiras sobre un mundo imaginario donde los papás no abusan sexualmente a sus hijos. Tal vez ninguno de esos escenarios hubiera pasado y las autoridades hubieran hecho caso omiso, los padres habrían tomado represalias contra esos niños y hubiera terminado todo en un gran desastre. Pero esa es solo 1 posibilidad de entre muchas otras que podrían no haber resultado en tragedia y en cambio si un poco mejor o incluso diametralmente mejor.

Una cosa si es cierta, decirles que tengan fe en que no los violarán llegando a su casa los condenó a sufrir una repetición más. Si les dieran a escoger a esos niños... Seguro estoy que cambiarían la fe por acción sin pensarlo.

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